Como María Montessori expresó, se trata de que el/la niño/a tenga la “libertad dentro de un ambiente preparado”. El dirigir hacia un juego sin dejarle su libre expresión limita su forma natural de aprender.
Cuando se dirige al/la niño/a a través de la negación o el castigo se impide que descubra y explore aquello que le despierta interés y curiosidad. Es por eso que es mejor tener un ambiente preparado, previamente, para que pueda disponer libremente del espacio y el material de juego.
El juego a través de los sentidos es la forma natural de aprender. El ser humano entra en contacto con la realidad a través de ellos. Los juegos deberían estar preparados para estimular y despertar los sentidos. Así, se agudizarán conforme evolucionan en su integración con el razonamiento, la lógica y la deducción hasta alcanzar la madurez en la etapa adulta. En ella, el ser humano sigue “jugando” explorando el mundo a través de ellos. Cuanto se permita hacerlo dependerá de cuánto y cómo lo haya hecho en su infancia.
MENOS ES MEJOR: Pocos juegos para que estimulen la creatividad y despierten la imaginación. Unos imprescindibles en la sala de juegos ha de ser telas de colores, piezas de madera y cajas con cordones de colores, piñas… Cuando Los/as niños/as tienen mucho al final pierden el interés y la curiosidad, clave del aprendizaje. Si tienes muchos juegos en casa selecciona unos pocos, los dejas una temporada y al cabo de un tiempo los sustituyes por otros. Así preparas el ambiente de juego despertando más curiosidad e imaginación.
CUENTOS: Contar historias con personajes reales. Al leerla el adulto introduce la exageración de gestos y voz para captar la atención del/la niño/a. Descubrirás que ellos acaban contando sus propias historias de la misma forma.
MANUALIDADES: Pinturas y colores, clave en el desarrollo de la creatividad, imaginación y despertar la consciencia de sí mismo en relación al mundo.
TEATROS Y MARIONETAS: Despierta la imaginación y les ayuda a la expresión de ellos en su entorno y en el mundo. Es una manera estupenda de que integren y de forma a pensamientos, emociones y
cómo actúan.
JUEGOS AL AIRE LIBRE: La naturaleza aporta en si misma ese ambiente preparado para que el/la niño/a explore y descubre. El jugar con todo lo que ella les proporciona será un regalo para todos sus sentidos. En la pedagogía Waldorf considera que todos los juguetes, a excepción de las muñecas, deben estar dirigidos a transmitir
experiencias sobre la naturaleza, la tierra, sus elementos, y las creaciones humanas.
JUEGOS DE MESA: Principalmente de material natural y con colores para despertar los sentidos. Es clave para descubrir el mundo, aprender a seguir unas reglas, un orden y respetar turnos. Hay juegos de mesa como María Montessori y Juegos de madera Educarte que además ayudan al desarrollo del cerebro del/la niño/a durante el
proceso de aprendizaje integrando los conocimientos de las materias.
En definitiva, jugar es una forma natural de descubrir el mundo y aprender en él, es algo innato y surge de forma instintiva en todos los seres humanos. El/la niño/a tiene que jugar con la libertad suficiente para poder integrar todo lo que es y quiere ser en su mundo. Como decía María Montessori “El instinto más grande de los niños es
precisamente liberarse de los adultos”.