Es conveniente saber que los pies son importantes receptores sensitivos, son el centro del desarrollo de las habilidades motoras, ayudan a desarrollar la inteligencia, jugar con los pies y permitirles a los niños andar descalzos, favorece la maduración del sistema nervioso.
Una de las funciones de los pies de los bebés es informar del mundo exterior. En ellos está la mayor sensibilidad relacionada con la estimulación táctil más aún que en las manos, por eso se considera una importantísima vía para obtener información del ambiente de ahí la necesidad de dejar sus piecitos libres de calzado, el mayor tiempo que podamos.
Los bebés recién nacidos tienen mayor sensibilidad en sus pies que en las manos y sucede hasta los ocho o nueve meses. Es en esta edad cuando los pies comienzan a tener una función especial ya que a través de ellos pueden recibir información del mundo exterior, tocan todo lo que está a su alcance, juegan con las manos, se llevan los pies a la boca donde las terminaciones nerviosas sensitivas son mayores.
El tema que nos convoca es importante para la salud, crecimiento y desarrollo del niño aunque muchas veces seguimos consejos y prácticas de abuelas, tías, amigas, o incluso de pediatras y enfermeras que nos dan una fotocopia de quien sabe que año, con información tan desactualizada, que si no buscamos informarnos debidamente nos quedamos con eso, pero los tiempos han cambiado y hoy tenemos información valiosa que deberíamos poner en práctica por la salud de nuestros peques.
Con sus pies descalzos obtienen información táctil (suave, áspero, frío, calor) pueden percibir la posición y el movimiento de los pies en relación con el espacio y así ir desarrollando la coordinación visual-motora y adquiriendo informaciones táctiles y perceptivas, se relacionan mejor con el ambiente y la naturaleza, a la vez que podrán ir madurando habilidades cognitivas necesarias para sus aprendizajes al experimentar diferentes sensaciones.
Los pies tienen muchas reacciones reflejas por eso te aconsejamos que estimules a tus peques a caminar sobre diferentes texturas y grados de firmeza: arena, baldosas, hierba, arena saca y mojada, colchoneta, madera y experimentar con distintas temperaturas.
Andar descalzos, pies al suelo!
Sabido es que los niños cada vez que tienen oportunidad (y sus padres se lo permiten) se descalzan… zapatos y calcetines: ¡fuera! Y dejan sus pies libres para poder sentir mejor al estímulo al cual se enfrentan. Cuando un bebé pequeño gatea o repta usa sus dedos gordos para apoyarse en el desplazamiento de allí la importancia de dejar sus pies descalzos además el contacto con el ambiente le hará sentir seguridad en la actividad que esté desarrollando ya que si está calzado puede resbalarse creando una sensación de inseguridad y haciendo que el bebé pierda la confianza.
La importancia de jugar descalzos.
El equilibrio tanto físico como psicológico está dado por el ejercicio y el movimiento libre del pie ya que permite la correcta formación del arco del pie y el fortalecimiento de músculos y tendones. Cuando un niño toca, mira, explora su cuerpo y llega a sus pies descalzos encuentra que se puede relacionar con el mundo que lo rodea desarrollando autoconocimiento y propiocepción (la posición en la que se encuentra el cuerpo sin tener que
verla)
Realizar juegos específicamente con los pies para que a través de materiales multi-sensoriales puedan desarrollar la tactibilidad, mejorar el control, destreza y agilidad en los pies y en los dedos ayudará a desarrollarse y acelerar el proceso madurativo a todo nivel.
Conclusión
El estímulo sensorial y el movimiento físico a través de los pies descalzos aceleran la maduración, el desarrollo intelectual y propioceptivo del niño.
Los pies contribuirán a un mejor desarrollo de la inteligencia del bebé mediante la maduración del sistema nervioso, la experiencia de interacción con el mundo que lo rodea, la necesidad de aprender buscando estructuras de conocimiento cada vez más complejas.